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La construcción representa poco más del 18% del PIB
Del mismo modo, durante los primeros ocho meses del año las exportaciones armenias alcanzaron los 600 millones de dólares, cifra cuatro veces inferior a las importaciones. De esta manera, se ha generado un déficit de la balanza comercial cercano a los mil millones de dólares, aproximadamente el 32,7% del PIB. Esto demuestra que los esfuerzos del Ejecutivo por sustituir la demanda externa por producción local no han tenido el éxito esperado, a pesar de que la industria interna sigue siendo el único indicador que ha crecido sobre el 10% durante la primera parte del año.
Y además está la inflación, el otro gran dolor de cabeza de la economía armenia. Hasta agosto, este indicador ha crecido un 7,7% debido a los crecientes costes de los alimentos. Esta cifra es considerada insostenible por las autoridades, ya que sus tasas de crecimiento previstas solo llegan a la mitad. El Ejecutivo espera que este año se cierre con una inflación del 5%, aunque la nueva normativa de elevar los impuestos del tabaco y de los combustibles puede impedirlo.
¿El futuro? Entre 2001 y 2008, Armenia ha crecido una media anual del 11%, un desarrollo interrumpido por la crisis internacional y una caída en el PIB del 14% en 2009. Las previsiones de los actuales presupuestos sitúan el crecimiento en un 1,2%, aunque los expertos creen que a finales de año esta cifra podría elevarse al 4%. Todo dependerá de la evolución de sus socios comerciales de Eurasia y del despegue de la construcción, que actualmente representa poco más del 18% de su PIB.
Armenia es una economía pequeña, con un PIB anual de 11.000 millones de dólares y un PIB per cápita de 5.000 dólares. Desde su independencia de la ex Unión Soviética, ha realizado esfuerzos por abrir su mercado centrándose en la agroindustria y en la exportación de piedras y metales preciosos, principalmente a Rusia, Bélgica, Israel y EE UU. Desde mediados de los noventa se ha producido su boom económico coincidiendo con la puesta en marcha de la privatización de sus empresas públicas y de tipos impositivos más favorables a la inversión extranjera. Pese a ello, los analistas advierten de su escasa estructura institucional.