lunes, 22 de noviembre de 2010

La pequeña economía euroasiática crece menos de lo esperado, asfixiada por una creciente inflación

La economía armenia no logra levantar cabeza a pesar de su espectacular crecimiento reciente. Los datos entregados este mes por la oficina de estadísticas nacional reflejan que el alza del PIB entre enero y agosto ha sido solo del 3,1%, una notable ralentización si se compara con el 8,8% logrado en los primeros cinco meses del año. El Ejecutivo explica que esta cifra es solo coyuntural, ya que responde a la caída de la agroindustria, sector que representa cerca del 16% del PIB y que se ha visto fuertemente afectado por las recientes lluvias, que han destruido las cosechas.
        Armenia

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        A FONDO

        Capital:
        Ereván.
        Gobierno:
        República.
        Población:
        2,968,586 (est. 2008)

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      La construcción representa poco más del 18% del PIB
      No obstante, los datos también reflejan una debilidad internacional del mercado de los granos, una reducción de las exportaciones, el aumento del déficit comercial y la gran caída de la construcción, sectores que hasta hace un par de años eran los principales responsables del crecimiento de dos dígitos registrado en la economía armenia durante la última década. En concreto, hasta agosto la agricultura retrocedió un 18%, mientras que la construcción cayó un 2,4%, impulsada casi exclusivamente por programas estatales y carente de proyectos privados.
      Del mismo modo, durante los primeros ocho meses del año las exportaciones armenias alcanzaron los 600 millones de dólares, cifra cuatro veces inferior a las importaciones. De esta manera, se ha generado un déficit de la balanza comercial cercano a los mil millones de dólares, aproximadamente el 32,7% del PIB. Esto demuestra que los esfuerzos del Ejecutivo por sustituir la demanda externa por producción local no han tenido el éxito esperado, a pesar de que la industria interna sigue siendo el único indicador que ha crecido sobre el 10% durante la primera parte del año.
      Y además está la inflación, el otro gran dolor de cabeza de la economía armenia. Hasta agosto, este indicador ha crecido un 7,7% debido a los crecientes costes de los alimentos. Esta cifra es considerada insostenible por las autoridades, ya que sus tasas de crecimiento previstas solo llegan a la mitad. El Ejecutivo espera que este año se cierre con una inflación del 5%, aunque la nueva normativa de elevar los impuestos del tabaco y de los combustibles puede impedirlo.
      ¿El futuro? Entre 2001 y 2008, Armenia ha crecido una media anual del 11%, un desarrollo interrumpido por la crisis internacional y una caída en el PIB del 14% en 2009. Las previsiones de los actuales presupuestos sitúan el crecimiento en un 1,2%, aunque los expertos creen que a finales de año esta cifra podría elevarse al 4%. Todo dependerá de la evolución de sus socios comerciales de Eurasia y del despegue de la construcción, que actualmente representa poco más del 18% de su PIB.
      Armenia es una economía pequeña, con un PIB anual de 11.000 millones de dólares y un PIB per cápita de 5.000 dólares. Desde su independencia de la ex Unión Soviética, ha realizado esfuerzos por abrir su mercado centrándose en la agroindustria y en la exportación de piedras y metales preciosos, principalmente a Rusia, Bélgica, Israel y EE UU. Desde mediados de los noventa se ha producido su boom económico coincidiendo con la puesta en marcha de la privatización de sus empresas públicas y de tipos impositivos más favorables a la inversión extranjera. Pese a ello, los analistas advierten de su escasa estructura institucional.

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